El Mazda CX-3 nació en 2015 para se posicionarse como el SUV del segmento B de la marca Nipona. Recientemente ha recibido un pequeño restyling para adaptarlo a las nuevas tecnologías, manteniendo sus cotas. Mide 4,27m de largo por 1,76m de ancho y 1,53m de alto y se ofrece en 5 acabados Oring, Evolution, Evolution Design, Zenith y Zenith White.

Todas las motorizaciones cuentan con la tecnología Skyactiv, y es que Mazda descarta por completo en toda su gama de vehículos el Downsizing, optando por motores de gran cubicaje con 4 cilindros y atmosféricos en el caso de los gasolina y con Turbo de 4 cilindros para los diésel. Los motores de gasolina son los ya conocidos 2.0 de 121cv y 150cv, y como novedad en este CX-3 2018 se implanta un nuevo motor 1.8 diésel que rinde 115cv y sustituye al anterior 1.5. Se puede asociar a cambios manuales y automáticos, a la vez que podremos escoger entre una tracción delantera o AWD (excepto en el motor de gasolina menos potente que solo existe con tracción delantera).

Existen nueve colores distintos de carrocería para este CX-3, y como novedad en la gama, llega este precioso Soul Red Crystal, el cual tiene un coste de 700€, pero que sin duda nosotros los pagaríamos ya que le sienta genial a este coche.

Nuestra unidad cuenta con el acabado más alto (Zenith White) y con el motor 2.0 Skyactiv-G de 150cv de potencia asociado a un cambio automático de 6 velocidades de tipo convertidor de par y a una tracción AWD. El equipamiento de serie como vamos a ver ahora es muy completo y está muy a la última en tecnología:

  • Llantas de 18” Bicolor.
  • Sistema de infoentretenimiento de 7” con mapas y conectividad tanto para Android como Apple (La conectividad es un extra que tiene un precio de 171€ en todos los acabados).
  • Cámara de visión trasera y sensores de aparcamiento delanteros y traseros.
  • Pack White (Tapicería en cuero blanco, asientos delanteros calefactables, asiento del conductor con reglajes eléctricos y sistema de sonido Bose con 6 altavoces y un subwoofer donde se sitúa la rueda de repuesto.
  • Pack Cruise (Control crucero adaptativo con función Stop&Go, frenada de emergencia automática, faros delanteros full led adaptativos, control de ángulo muerto con control de tráfico traero, detector de fatiga y reconocimiento de señales de tráfico. (1050€)
  • Head-up Display.
  • Climatizador monozona.
  • Freno de mano eléctrico con AutoHold.
  • Lunas traseras ahumadas.
  • Apoyabrazos central delantero y trasero con portabebidas.
  • Modo Sport (solo con el cambio automático).

Como podéis comprobar el equipamiento está muy completo y el único Pack añadido es el Cruise con un coste de poco más de 1000€ y que sin duda os recomendamos equipar en vuestro CX-3 ya que aporta un montón de ayudas a la conducción que hacen de nuestra conducción una delicia en el día a día.

El diseño exterior del Mazda CX-3 enamora a primera vista, y es que se ha introducido la última actualización del diseño Kodo, aunque más que un diseño se trata de una filosofía, la cual en Mazda denominan como el alma del movimiento, de ahí sus líneas tan marcadas, perfectas y dinámicas, posicionandole como uno de los Suv más atractivos y sofisticados que existen en el mercado. Pero estos japoneses no solo quieren enamorarnos con su estética exterior, también lo hacen con su filosofía Jinba Ittai en la que coche y conductor se encuentran plenamente unidos, cual jinete con su caballo, ofreciendo una conducción única y placentera.

En la parte delantera, destaca un nuevo parachoques con la parrilla en forma de ala que se unen completamente con los nuevos faros afilados en Led, en la parte baja encontramos revestimientos en plástico negro para darle ese toque Suv, pero sin perder la elegancia gracias a los cromados laterales. El capó tiene dos nervios exteriores muy marcados que llegan hasta la parrilla. En el lateral lo que más llama a nuestros ojos es una línea de cintura bastante alta que le hace muy atractivo. Las nuevas llantas de 18” bicolor que son de serie en los acabados más altos, le sientan genial con la carrocería y con los contrastes en negro y cromado del coche. La antena es de tipo aleta de tiburón. Y la parte trasera destaca por ser muy ancha y bajita dándole un toque muy deportivo. En ella encontramos detalles como dos salidas de escape funcionales y unos nuevos faros en Led con forma muy picuda compartiendo un ADN parecido al de su hermano el Mazda 2.

Pasamos al interior, y lo primero que llama la atención es la buena calidad de fabricación, utilización de materiales de gran calidad y el ajuste de todas las piezas está muy logrado, lo que es poco usual de ver en un B-SUV de otras marcas. Otra de las cosas que más llama la atención al montarnos, es que sus cristales tienen un tamaño algo más reducidos que en otros modelos de su categoría, pero que al conducirlo no afecta en exceso a la visibilidad delantera. Los asientos, en este acabado más alto, podríamos decir que parecen de un coche de alta gama, y esto se debe a que el cuero blanco empleado por Mazda es de una calidad sensacional, aportando al conductor a la vez una elevada sensación de comodidad. El diseño del salpicadero es muy original y es prácticamente idéntico al del Mazda 2. En lo alto del centro del salpicadero, encontramos un sistema de infoentretenimiento de 7” de tipo flotante, situado en una posición perfecta para no desviar casi nada la vista de la carretera. Es táctil cuando nos encontramos con el coche parados, pero deja de serlo cuando iniciamos la marcha, pasando a manejarse con una serie de botones situados en la consola central, por lo que es un acierto. Otro sistema que destaca en este CX-3, es que introduce un Head-up Display que también ayuda a que únicamente estemos pendiente de conducir y no bajar la vista hacía la instrumentación para consultar algo, ya que este sistema nos proyecta ayudas a la conducción, velocidad en digital, reconocimiento de señales… por lo que el puesto de conducción de este Mazda es ejemplar, tenemos todo a nuestra disposición. Respecto a huecos en las plazas delanteras, encontramos en las puertas, y ahora gracias al restyling recibido, equipa de serie en todos los acabados un freno de mano eléctrico con Autohold, ganando un apoyabrazos central y más huecos en la consola central, por lo que no está nada mal.

El acceso a la plazas traseras del CX-3 es bueno, con un correcto ángulo de apertura de la puerta, aunque hay que tener algo de cuidado con el pilar superior del coche si somos muy altos, para no darnos en la cabeza. Aquí detrás se respira la misma calidad de los materiales que en las plazas delanteras, gracias a una banqueta forrada en cuero blanco. Estos asientos laterales son realmente cómodos para un viaje largo, y nos equipa un apoyabrazos central que viene de perlas. El espacio es correcto tanto para piernas como para cabeza, y la plaza central cuenta con un túnel de transmisión pronunciado, debido a la tracción a las cuatro ruedas, y con un respaldo algo duro, por lo que nosotros la recomendamos únicamente para un niño o adulto en un trayecto corto. En las puertas encontramos unos pequeños huecos para depositar objetos y una redecilla en la parte trasera del asiento del acompañante para dejar algún que otro libro. Respecto a la visibilidad, como en las plazas delanteras, peca de ese diseño exterior tan espectacular, aunque no es, ni mucho menos, agobiante.

El maletero es de apertura manual y dentro encontramos una capacidad correcta (350 litros). Sus formas son regulares y la boca de carga está prácticamente enrasada con el piso del maletero, algo que lo hace muy ergonómico. Encontramos un doble fondo para esconder algún que otro objeto, y debajo de este doble fondo se encuentra el subwoofer del sistema de sonido BOSE, que se escucha de maravilla, y el Kit antipinchazos. Si queremos más espacio y no llevamos a nadie las plazas traseras, podremos abatir los asientos traseros en una disposición 60/40, y llegar a los 1260 litros de capacidad total. El piso queda completamente enrasado, algo que se agradece bastante.

Nos ponemos a los mandos de este CX-3 con el motor más potente de gasolina, un 2 litros atmosférico de 150cv con cuatro cilindros, que mueve a este CX-3 con una soltura increíble. Y es que acelera de 0 a 100 en tan solo 8,8 segundos, ofreciéndonos un par máximo de 207Nm que nos lo entrega a las tan solo 2.800rpm, un dato que llama mucho la atención encontrándonos ante un motor atmosférico, y los 150cv a las 6.000rpm. A bajas vueltas responde muy bien y el motor es un gran acierto, por lo que Mazda ha hecho un gran trabajo y nos ha demostrado que no hace falta reducir la cilindrada, ni introducir una sobrealimentación al motor para sacar un mejor rendimiento y consumo. Asociado a este motor tenemos una caja de cambios automática de 6 velocidades de tipo convertidor de par. Su funcionamiento es muy suave y podremos jugar también con su cambio manual tras las levas del volante, o directamente desde el pomo. Es un cambio rápido a la vez que efectivo, por lo que es muy recomendable de equipar en este CX-3. Su tracción con este motor de 150cv es siempre AWD inteligente, por lo que casi siempre iremos en tracción delantera y cuando nuestro Mazda detecte que hace falta potencia en el eje trasero, es capaz de enviar hasta un 50% del par a dicho eje, por lo que en situaciones de nieve, tierra… nos sentiremos más seguros a bordo de nuestro CX-3. Su altura libre al suelo es de tan solo 15cm, por lo que por pistas sencillas de tierra va fenomenal. Su peso es de tan solo 1330kg y sus consumos rondan entre los 7,6 y 8,2 litros, por lo que desde Loading Cars queremos felicitar a Mazda por este gran trabajo.

El comportamiento dinámico del coche es otro de sus puntos fuertes, convirtiéndose en un rival muy duro para los demás B-SUV del mercado. La dirección es muy directa, rápida e informa genial de lo que está pasando en la carretera. Los frenos actúan de manera progresiva y correcta y la suspensión tiene un tarado ideal, ni muy duro, ni muy blando, aunque hemos de decir, que rebota un poco más de lo deseado en carreteras con muchos baches y en mal estado.

El paso por curva es increíble gracias al sistema G-Vectoring control, en el cual nuestro Mazda a través de unos sensores analizan en todo momento la trazada que estamos tomando, para distribuir los pesos entre el eje delantero y trasero, a la vez que controla el par que nos entrega en cada eje para que el coche trace todas las curvas sin despeinarse.

Tenemos dos modos de conducción, Normal y Sport. Con el modo Sport notamos una respuesta más rápida de la caja de cambios y una respuesta del motor más viva y contundente, por lo que para realizar un tramito en una carretera de montaña será el modo perfecto de seleccionar.

Respecto a la ayudas a la conducción este CX-3 viene muy completo y nos hará sentirnos muy seguros en todo momento. Quiero destacar que el control crucero adaptativo funcional genial y al equipar el cambio automático, nos incluye el sistema Stop&Go con el cual podremos circular por los atascos sin tocar el acelerador y el freno, ya que el coche se frena solo si detecta que el coche delante se frena, e inicia la marcha cuando lo inicia el coche que nos precede.

Por lo que el Mazda CX-3 nos ofrece una sensación de conducción muy placentera gracias a la filosofía Jinba Ittai y en una conducción deportiva es una delicia, por lo que si buscas un Suv que rompa con los moldes de todas las marca, ofreciendo un diseño espectacular y un comportamiento dinamico ejemplar, este CX-3 es tu próximo coche.

La iluminación exterior del CX-3 es excelente gracias a sus faros de Led, que ya no es que solo estéticamente llamen la atención, sino que cumplen muy bien. Sus largas adaptativas nos permiten llevarlas activadas, aunque haya vehículos de por medio, gracias a que solo desactiva una parte para no deslumbrar a nadie. Los precios del CX-3 parten desde los 21.000 euros. Nuestra unidad con el acabado más alto y el motor de gasolina más potente tiene un precio de tarifa de unos 32.800 euros.