El Mercedes Clase G es historia para la marca, un modelo prestigioso y lujoso a la vez que perfecto para hacer todo terreno. Sus dimensiones son bastante grandes, sobre todo la altura  con casi dos metros de alto, 1,97m, mide 1,93m de ancho y 5,81m de largo. Su batalla es de 2,89m. Se ofrece en cuatro versiones, todas ellas con tracción total 4MATIC y con cambio automático de 9 velocidades de tipo convertidor de par. En diésel tenemos los G350d y G400d, los dos con un bloque de 3 litros y 6 cilindros con 286cv y 330cv respectivamente. En gasolina tenemos el G500 y el G63 AMG, los cuentan con el bloque de 4 litros, 8 cilindros en disposición de V y biturbo. El G500 tiene 422cv y el G63 AMG llega hasta la escalofriante cifra de 585cv.

El diseño exterior conserva la originalidad del primer modelo nacido en 1979, con unas formas cuadradas pero con la última tecnología en cuanto a seguridad. En la parte delantera tenemos unos faros con la misma forma de siempre, pero ahora cuenta con faros de led matriciales. Podemos apreciar que la disposición de los intermitentes sigue siendo la misma, una zona perfecta para controlar mejor las cotas del modelo. Además los parachoques son específicos del paquete AMG. El capó superpuesto es una de las señas de identidad del modelo.

El lateral sigue con esa forma de caja de zapatos que tanto le caracteriza al clase G. Las llantas son de 20” y en este caso opcionales por casi 300 euros. Los tiradores de las puertas con un sonido vintage y los vierteaguas, nos indican que Mercedes ha hecho un gran trabajo, manteniendo en un vehículo “moderno” detalles de los primeros clase G. Además en esta última versión tenemos unos pasos de ruedas ensanchados y una estribera algo pequeña para apoya el pie para subirnos.

En la trasera llama la atención sus pequeños faros completos de led con la misma forma de los primeros clase G, y como no puede faltar la rueda de repuesto anclada al portón, la cual además es la mismita que las 4 instaladas. El parachoques sigue conservado un diseño algo más dinámico gracias al paquete AMG. Por último vemos una bola de remolque que es capaz de mover 3500kg.

El interior del G400d es todo lujo, aplaudiendo a Mercedes por el gran trabajo realizado, introduciendo la misma tecnología de los últimos modelos de la marca alemana. Podemos apreciar una pantalla gigante dividida en dos, que tiene un tamaño de 12,3”. La calidad de imagen es excelente además de su fluidez, y podemos ver abundantes de parámetros tanto en la instrumentación (que es configurable con distintos diseños) como en el sistema de infoentretenimiento, que muestra la navegación, aplicaciones para Apple Car Play y Android Auto, ajustes de todo tipo para el vehículo, conectividad con internet… Viene completísimo, aunque no es táctil y nos va a tocar manejarlos con los mandos que hay en la consola central, aunque se maneja de manera excelente. El puesto de conducción es alto y dominamos bien lo que tenemos fuera, además los asientos son de los mejores que hemos probado nunca, con todo tipo de ajustes eléctricos, calefacción, ventilación, funciones de masaje e incluso podemos poner el asiento dinámico, un sistema que hincha los pétalos cuando vamos por zonas de curvas, para mantener el cuerpo bien sujeto al asiento. Un detalle que hemos echado en falta ha sido el sistema de carga por inducción para móviles. La calidad de materiales es bestial, el 90% de los materiales empleados tienen mullido acolchado y todo tiene un excelente anclaje. Para terminar tenemos que destacar los detalles en fibra de carbono, un opcional que vale 5225 euros, y que le da un toque más deportivo, al igual que los cinturones en color rojo.

Las plazas traseras son cómodas y cuentan con regulación para el respaldo. El espacio es suficiente para piernas y excelente para la cabeza, gracias a las formas cuadradas exteriores. Encontramos muchos detalles de confort como dos pantallas en los apoyacabezas delanteros, con las cuales podemos conectar un USB, HDMI e incluso conectar los datos del móvil para poder conectarnos a internet. Los asientos cuenta con calefacción en tres intensidades, salidas de aire, con climatizador independiente para las plazas traseras, pudiendo ajustar intensidad y temperatura, además de un pack fumador, con un mechero de verdad. La plaza central es algo más estrecha y dura debido al apoyabrazos central con dos portabebidas, y la dejaremos para trayectos esporádicos.

El maletero del clase G, cuenta con un portón que se abre de manera lateral, por lo que tenemos que tener cuidado si tenemos que sacar o meter cosas de él, si lo pegamos mucho a una pared o al coche que tengamos detrás. Dentro tenemos una capacidad de 454 litros ampliables hasta los 1941 litros, una capacidad que da de manera correcta para llevar el equipaje de la familia. Tenemos detalles como un piso de goma para no manchar nunca la tapicería y una toma de mechero, además las formas son regulares para aprovechar al milímetro este maletero.

En el apartado de las luces este G, cuenta con toda la iluminación tanto por dentro como fuera en Led. Además cuenta con unos faros delanteros matriciales que se adaptan de cine en cualquier circunstancia de noche, y el interior integra la iluminación ambiente e 64 colores, como siempre en los mercedes es brutal. Los precios parten de los algo más de 133.000 euros del G350d, mientras que nuestro G400d con pack Premium plus, el pack carbono interior, el pack AMG y demás, llega hasta los 163.306 euros a la hora de realizar esta prueba.

En marcha este G400d sorprende lo cómodo que es, gracias a unas suspensiones que filtran de cine todo tipo de irregularidades, sin embargo a la hora de realizar una conducción más dinámica notamos balenceo de la carrocería, es normal teniendo en cuenta lo alto que es. El motor es una delicia, tiene un sonido muy fino y a pesar de ser diésel, como tiene 6 cilindros, es un sonido que agrada bastante. Gracias a esta motorización de 330cv y 700Nm desde tan solo las 1200rpm, mueve excelentemente los 2489kg, acelerando de 0 a 100km/h en tan solo 6,4 segundos, una cifra sorprendentemente buena. Los consumos son correctos, teniendo en cuenta la potencia del motor, las dimensiones y lo que pesa, y es que homologa 11,1 litros, y en nuestra prueba, realizando una conducción como la que haría cualquier público, estamos hablando de unos 12 litros. Por suerte el depósito de diésel es de 100 litros, por lo que podremos realizar unos 800km en un uso normal sin problema, lo malo que al precio que ahora mismo está el combustible, fácilmente en llenarlo podemos llegar a desembolsar más de 150 euros. La caja de cambios de tipo convertidor de par y 9 velocidades es una pasada gracias al gran compromiso entre suavidad y efectividad, a la que además se añade unas levas metálicas detrás del volante por si queremos llevarlo en modo manual. Existen varios modos de conducción (Eco, Confort, Sport, Individual y Desert) que regulan la dureza de la dirección, la dureza de la suspensión y la respuesta de la caja de cambios y motor. En el modo Eco la caja de cambios es capaz de ponerse en punto muerto en zonas de llaneo para reducir los consumos. En el individual se puede ajustar a nuestro gusto.

La dirección en esta nueva actualización del G se ha mejorado, y es que ahora en carretera no hay que estar en todo momento corrigiéndola y no está tan desmultiplicada como antes. Mercedes ha realizado un buen trabajo de equilibrio en esta dirección, la única pega es que en ciudad a la hora de maniobrar es algo incómodo porque no gira mucho. La insonoridad está muy lograda, gracias al gran trabajo de la marca introduciendo unas ventanas dobles, que mejoran el aislamiento acústico.

Fuera de asfalto es clase G no tiene límites y es que cuenta con un programa especifido Desert, pensado sobre todo para países como Arabia Saudi o Marruecos, donde podremos circular sin problemas por las dunas. Además cuenta con reductora (hasta 40km/h) y bloqueos de los diferenciales central, trasero y hasta delantero. Gracias a una formas cuadradas el clase G tiene unas buenas cotas Off Road y es que tenemos 24cm de altura libre al suelo con una capacidad de vadeo de hasta 70cm. El angulo de entrada es de 31 grados, el ventral de 26 y el de salida de 30 grados. Como últimamente no llueve mucho, no hemos podido probarlo en zonas de barro, pero si que hemos aprovechado para subir por zonas complicadas y con la reductora nos valió, y es que ya tenemos que estar apurados para ir bloqueando los diferenciales. Un detallazo que mejora la motricidad son los neumáticos Pirelli Scorpion en medida 275/50, aptos para circular por zonas rotas y tenemos una rueda de repuesto de verdad por si tenemos algún problema en zonas alejadas de la población. Además podemos ver unos gráficos en la pantalla central donde nos indica parámetros muy off road como los grados de inclinación de la carrocería, el radio de giro o incluso las cámaras 360, para no rozar el clase G en ningun momento. Por cierto gracias a una considerable altura libre al suelo no rozamos prácticamente nunca en los bajos. La suspensión filtra genial todo tipo de irregularidas y se viaja hipercómodo en él por este tipo de zonas, además de que la dirección al estar algo desmultiplicada, acentúa la experiencia de conducción. Los consumos en campo se disparan hasta los 13 litros tranquilamente, aunque eso si en viajes largos por carretera es fácil ver el consumo rozando los 10 litros, no está mal.