El Toyota C-HR llegó en 2017 a nuestro país, convirtiéndose en uno de los Suv del segmento B más vendidos. Tiene varios puntos fuertes: Uno de ellos es el diseño, que encanta a una gran parte del público y otro la tecnología híbrida con la que el C-HR luce la etiqueta ECO de la DGT a la vez que obtiene unos bajos consumos de combustible.

En 2020 recibió un pequeño restyling para adaptarlo a las nuevas tecnologías y refinar su diseño. Exteriormente se pueden apreciar cambios en sus ópticas tanto delanteras como traseras, que en este caso son full led con el intermitente trasero dinámico. Los parachoques también cambian ligeramente su diseño, sobre todo en el delantero que parece más voluminoso, aportando algo de deportividad. Por lo demás todo es igual al C-HR de 2017 que ya vimos en su día. Respecto a los colores exteriores existen 7 distintos (siendo el nuestro el blanco perlado) e incluso podríamos optar por tener el techo en color negro, eso sí, siempre que escojamos el acabado GR-SPORT.

Otro de los cambios más importante, es que ahora se añade una nueva propulsión híbrida llamada 180H pero que realmente tiene 184cv, y que se complementa con la versión 125H ya conocida del anterior. Nuestra unidad cuenta con la motorización de acceso a la gama, el 125H, que realmente tiene 122cv de potencia total. Todos los C-HR que se venden en España son híbridos autorrecagables, asociados a un cambio automático e-CVT mítico en los modelos híbridos de Toyota y a una tracción delantera.

Este nuevo C-HR se ofrece en tres acabados: Active, Advance y GR-Sport. Nuestra unidad cuenta con el acabado Advance y el pack Advance Plus, que nos incluye los faros Full led, el aparcamiento asistido y el sistema de sonido JBL, todo lo demás es completamente de serie. Los precios para este C-HR parten desde los 25.500 euros, mientras que nuestra unidad con tiene un precio de tarifa de 28.550 euros, con los precios y promociones de la marca en el momento de hacer esta review.

El interior se mantiene prácticamente idéntico al C-HR que ya conocíamos. El cambio más grande lo vemos en su sistema de infoentretenimiento, que ha cambiado su interfaz y se han incorporado botones físicos para mejorar su manejo, a la vez que ya tenemos plena conectividad para móviles (Android Auto y Apple Car Play). Los pasos de un menú a otro es más rápido, aunque se sigue viendo algo anticuado.

Un punto que no nos ha gustado de este interior, es que tanto en el salpicadero como en la consola central, hay un exceso de plásticos en negro brillante, que se araña con facilidad, y el otro que el hueco especifico para el depositar el móvil es algo pequeño. Por lo demás en estas plazas delanteras, encontramos una calidad de materiales correcta, con un buen anclaje de todos ellos y dan la sensación de tener una buena durabilidad con el paso de los años. El sistema de instrumentación es analógico y dentro encontramos una pantalla TFT que nos muestra variados datos como los consumos, el flujo de energía, ayudas a la conducción, modos de conducción…

Las plazas traseras siguen siendo las mismas de siempre, con el problema de que el tirador queda muy arriba y no está pensada para que lleguen a abrirlas los niños. Es un sistema que estéticamente queda genial, pero no es tan funcional como un tirador convencional. Dentro el espacio es bueno para personas de hasta 1.85 metros más o menos en las plazas laterales. Por el contrario notamos que las ventanas traseras son muy pequeñas y los más pequeños no verán lo que pasa en el exterior.

El maletero es de apertura manual en todas las versiones y dentro encontramos una capacidad de 377 litros para la versión 125H y 359 litros para el 180H, ya que la batería de 12V va integrada en el maletero y resta algo de espacio.

En marcha con el C-HR se nota un coche muy cómodo en ciudad, gracias a una suspensión que filtra a las mil maravillas todas las irregularidades, sin transmitir en exceso balanceos a la hora de afrontar curvas. Otro de sus puntos fuertes, es que en el ambiente urbano, la insonoridad es excelente, aunque en carretera si que es mejorable, debido al cambio e-CVT, que hace que se revolucione en exceso el motor y se meta ese ruido en el interior.

Nuestra versión 125H, es la que ya probamos anteriormente en este mismo modelo. Se trata de una propulsión muy conocida ya en Toyota desde hace muchos años, la cual consta de un motor de gasolina de 1.800cc, con cuatro cilindros y atmosférico que rinde 98cv, asociado a un motor eléctrico de 72cv que es alimentado por una pequeña batería de iones de litio, que se autorrecargan con el motor de gasolina, y aprovecha también las frenadas e inercias para convertirla en carga. Estos dos motores están unidos por una caja de cambios e-CVT y manda toda la potencia al eje delantero en todas las versiones del C-HR. Es una propulsión híbrida sencilla, donde no existe un turbo ni un embrague que pueda romperse, por lo que los mantenimientos son simples y baratos. El consumo del C-HR gracias a esta propulsión híbrida es bajísimo. Homologa 4,9 litros cada 100km y en nuestra prueba de unos 700km no ha superado los 4,7 litros, circulando por todo tipo de vías a un ritmo normal. En ciudad si que hemos llegado a ver el consumo en 4,5 litros.

Una de las novedades de este C-HR, es que con el restyling se incorpora a la gama C-HR la propulsión de 184cv, que consta de un bloque de gasolina 2.0 de 150cv y de un motor eléctrico más potente que el de la versión 125H, con 109cv para ser exactos. Es una propulsión que nosotros escogeríamos si fuéramos a usar este Suv para irnos de viaje en familia o como coche principal. La versión 125H que probamos es perfecta para el día a día, pero también es verdad que a la hora de cargar el maletero y a la familia para irnos de vacaciones, en carretera se va echar en falta un poquito de potencia, aunque tampoco es exagerado.

El cambio e-CVT ya conocido en los Toyota híbridos, mueve con suavidad al coche en ciudad, pero en carretera es poco efectiva e introduce el ruido del motor de gasolina revolucionándose, en el interior del coche, aunque en estas últimas versiones híbridas se ha ido refinando para mejorar este aspecto. Esta caja de cambios no tiene marchas, pero si integra un modo B, para generar una frenada con el motor de combustión, bajando puertos de montaña por ejemplo. Con este modo ahorraremos en pastillas de freno y a la vez ayudaremos a cargar la batería del sistema eléctrico un poquito, aprovechando la frenada regenerativa.

El C-HR es capaz de rodar en modo 100% eléctrico casi todo el tiempo que estemos rodando por ciudad. En carretera hay en ocasiones puntuales (llaneos o en situaciones que pisemos al acelerador muy poquito) que veremos rodar este C-HR en modo eléctrico, a velocidades de 90-100Km/h, lo que hace que el consumo se reduzca. Respecto a ayudas a la conducción, este CH-R incorpora de todo gracias a las ayudas que nos ofrece el sistema Toyota Safety Sense. Entre ellas destacamos el control crucero adaptativo con Stop&Go, el aviso del cambio involuntario del carril con corrección del volante, el aviso del ángulo muerto, la cámara de visión trasera, el reconocimiento de señales de tráfico, el control de tráfico trasero cruzado… En definitiva, está a la última en ayudas a la conducción.