Multitud de Suvs de todas las marcas se ven por las calles de nuestro país todos los días, y es que está claro que la moda del Suv está en pleno auge y esto seguirá así durante años. Nuestro interés, casi siempre, es el de probar uno de ellos debido a su elevada demanda en España, por eso hoy tenemos con nosotros al nuevo Mazda CX-5, el cual recibió un Restyling en 2017 y se sitúa como el Suv por excelencia de la marca nipona, y puede presumir de tener uno de los diseños más sofisticados del mercado gracias al nuevo diseño KODO.
El diseño Kodo no solo se trata de un simple diseño, sino que también simboliza para Mazda la filosofía del “alma del movimiento”. Y es que los diseñadores japoneses inspiran sus diseños en el movimiento de los animales en su hábitat natural, hasta el momento en el que un arquero suelta una flecha, es por ello que encontramos unas líneas muy marcadas a la vez que suaves y alargadas, con unos pilotos pequeños de forma achinada, tanto en la parte delantera como en la trasera del coche, comunicando visualmente al observador de que continente proviene este vehículo, y una parrilla cromada tridimensional de gran formato en forma de ala, uniéndose a dichos pilotos que le dan una apariencia muy imponente a este CX-5. Sin duda, a los chicos de Mazda les encanta innovar e introducir en sus vehículos detalles que no verás en casi ninguna otra marca, llamando al público por los ojos.
El Mazda CX-5 se ofrece en tres acabados: Origin, Evolution y Zenith, pudiéndose combinar tanto con motores de gasolina y diésel de alta cilindrada con la tecnología Skyactiv (excelente eficiencia con bajos consumos), tachando por completo el Downsizing, algo poco común hoy en día en la industria automovilística.
En gasolina podremos optar por dos motores atmosféricos de cuatro cilindros: el 2.0 Skyactiv-G de 165cv y el nuevo motor 2.5 Skyactiv-G de 194cv con desconexión automática de cilindros. Se puede equipar con tracción 4×2 o AWD y con cajas manuales y automáticas de 6 velocidades en el caso del 165cv, mientras que el 2.5 siempre vendrá asociado a la caja de cambios automática.
En diésel tenemos un bloque motor de cuatro cilindros con turbo, de 2.2 litros de cilindrada con potencias de 150cv y 175cv, pudiéndose asociar también a cajas manuales o automáticas de 6 velocidades y a la tracción delantera o AWD.
El Mazda Cx-5 parte desde los 27.270 euros con el acabado más básico y el motor de gasolina de 165cv. Nuestra unidad se trata de un acabado Zenith con «pack cruise» (800 euros), techo solar (500 euros) y el «pack cuero blanco» (1800 euros) combinado con un color exterior de carrocería Machine Gray (670€) y el motor 2.2 Skyactiv-D 175cv 6MT AWD, tiene un precio de tarifa de 41.610 euros.
Y ahora vamos enumerar su equipamiento de serie, que realmente viene muy completo con el acabado Zenith:
- Llantas de 19”
- Sistema de audio BOSE con 10 altavoces
- Sistema de infoentretenimiento Mazda Connect de 7” con navegación
- Faros Led adaptativos
- Activación automática de luces largas
- Portón del maletero eléctrico
- Sensores de luces y lluvia
- Sensores de aparcamiento delanteros y trasero con cámara de visión trasera
- Aviso de ángulo muerto y alerta de tráfico trasero
- Detector de fatiga
- Sistema de asistencia a la frenada en ciudad (delantero y trasero)
- Reconocimiento de señales de tráfico
- Testigo de presión de neumáticos
- Freno de mano electrico con Auto Hold
- Aviso de cambio involuntario de carril con corrección de volante
- Control crucero con limitador de velocidad
- Control por voz
- Acceso y arranque sin llave
- Volante y pomo de marchas en piel
- Antena de Tiburon
- Spoiler de techo
- Cristales tintados traseros
El «pack cruise» instalado en nuestra unidad, es muy recomendable de equipar, ya que nos incluye un Head Up Display proyectado en el parabrisas del vehículo con múltiple información, control crucero adaptativo y la frenada de emergencia automática, aumentando la seguridad a la hora de circular con este Mazda. El pack del techo solar, nos incluye un pequeño techo de cristal con apertura de dicho vidrio para dar más luminosidad al interior. El «pack cuero blanco» incluye asientos de cuero blanco con calefacción para las plazas delanteras, con regulación eléctrica y memoria para dos personas.
Como podéis apreciar, a nuestro CX-5 no le falta ni un detalle. Una de las grandes novedades de este CX-5 no comentadas anteriormente, es que se puede escoger con el color de carrocería Soul Red Crystal que también le sienta a los últimos modelos de la marca japonesa.
En el interior la habitabilidad es uno de sus puntos fuertes, pero donde más nos ha sorprendido es en el apartado de la calidad de todos los materiales empleados, siendo excelente. En este caso los asientos en cuero blanco, de una calidad muy buena, agarran bien el cuerpo y resultan bastante cómodos a la hora de afrontar viajes de larga distancia. El salpicadero tiene un diseño muy atractivo con inserciones en símil de madera y costuras muy bien rematadas. En lo alto encontramos un sistema de navegación y de entretenimiento de 7”, el cual está en una posición perfecta para no desviar mucho la vista de lo que está pasando en la carretera. Este sistema no es de los más tecnológicos, pero ofrece una calidad de imagen correcta y se puede manejar de manera táctil (solo cuando nos encontramos con el coche parado) y mediante una botonería sencilla y clara que se encuentra en la consola central. En su interior, nos incluye un buen navegador que nos guía correctamente hasta el destino que seleccionemos, por lo que no echamos en falta conectividad para Android o Apple. Respecto a huecos encontramos tanto en las puertas, como debajo del apoyabrazos central y un hueco específico para las gafas de sol en la consola de techo.
Las plazas traseras nos acogen con la misma calidad que las delanteras, gracias a la banqueta trasera de cuero blanco. El espacio es muy generoso tanto para piernas como para cabeza, por lo que viajar en ellas va a ser todo un placer. El respaldo puede inclinarse unos pocos grados, para ir algo más tumbados. La plaza central es algo más estrecha y con un mullido algo más duro, debido que tenemos un apoyabrazos central. Su túnel de transmisión es algo abultado y se recomienda esta plaza para trayectos cortos o para niños. Como detalles, encontramos muy buenos materiales en los paneles de las puertas, aireadores en la consola central y variedad de huecos para depositar objetos.
El maletero es de apertura y cierre eléctrico, y dentro la capacidad no está mal, pues ofrece 506 litros con unas formas regulares. Debajo del piso encontramos el kit antipinchazos y el Subwoofer del sistema de sonido de Bose, que sin duda se escucha espectacularmente. Para abatir las plazas traseras, tiraremos de los dos tiradores que encontramos a los lados del maletero, sin tener que acudir a las plazas traseras para ello, algo que se agradece. Con dichos asientos escondidos, nos brinda con una capacidad de 919 litros.
Y ya puestos en marcha con el Mazda CX-5, notamos un alto confort de marcha gracias a una buena insonoridad en su interior, y a que su motor es muy brillante. Este bloque diésel de 175cv responde muy bien a bajas vueltas, entregando un par máximo de 420Nm a las 2.000rpm y llegando a alcanzar la cifra de 175cv a las 4.500rpm. Sin duda es un motor perfecto que sube genial de vueltas y mueve con mucha soltura los 1535 kilos que pesa este CX-5. A este motor, está asociada una caja de cambios manual de 6 velocidades con un escalonamiento de marcha correcto, menos la primera velocidad que es algo larga. El pomo de marchas es de lo más destacable del vehículo, gracias a su precisión entre marcha y marcha, con recorridos cortitos al igual que la palanca, algo que hace que te encante cambiar de marcha en todo momento.
La dirección es precisa e informa correctamente de lo que pasa en el eje delantero, tiene una dureza correcta, sin poder incidir sobre ella ya que este CX-5 no tiene modos de conducción, algo que no se echa en falta, ya que el paso por curvas es excelente, de los mejores de su segmento, y esto se debe a que cuenta con un sistema el cual lo llaman G-Vectoring control. Dicho sistema controla el par suministrado en curvas, entregando menos potencia a la entrada de la curva y aumentándolo a la salida, lo que hace que se mueva sensacionalmente y nos de la sensación de que coche y conductor están íntegramente conectados, lo que los japoneses denominan como Jinba-Ittai, la perfecta unión entre coche y conductor, cual jinete con su caballo. La suspensión es de un tarado en mi opinión correcto, filtra correctamente lo baches y gracias al sistema anteriormente comentado hace que no balance en exceso el vehículo y que dentro no nos movamos tanto lateralmente, a la hora de pasar por una curva o giro. Los frenos son correctos y el tacto del pedal es agradable a la vez que progresivo.
Al contar con una tracción AWD, decidimos aventurarnos por pistas sencillas sin prácticamente complicaciones para este CX-5. Mazda prioriza al eje delantero, entregando en todo momento todo su potencial a las ruedas delanteras, pero en caso de que el vehículo detecte falta de agarre en dicho eje, es capaz de enviar hasta un 50% de par al eje trasero para salir de toda zona deslizante. Gracias a las lluvias de estos días, pudimos probar por zonas de barro que tal se comportaba, resultandos muy agradable el comportamiento fuera de asfalto. Otro factor a tener en cuenta es su altura libre al suelo de 19 centímetros, la cual no está nada mal y permite circular por pistas de tierra sin tener que preocuparnos tanto por rozar los bajos de nuestro vehículo. Sin duda esta tracción AWD va a venir genial para salir los fines de semana de excursión a la sierra con la familia, por pistas sencillas de tierra.