Los vehículos derivados de turismos se están poniendo cada vez más de moda en nuestro país, pues al fin y al cabo son muy prácticos en su interior a la vez que el confort es alto y cuentan con una larga serie de ayudas a la conducción, vamos que nos ofrecen lo mismo o incluso más que un turismo convencional para afrontar el día a día. Por eso queremos presentarte la versión Long del Peugeot Rifter. Como os hemos comentado antes está versión es aún más espaciosa en su interior, como veremos después, gracias a que gana 35cm de longitud llegando a los 4,75m, cuenta con 19cm más de distancia entre ejes, llegando a los casí 3 metros, 2’97 para ser excatos y es 8 centímetros más alto llegando a los 1,88m. Se ofrece en 4 acabados Access, Active, Allure y GT Line pudiéndose escoger con 2 motores diésel de 1500 centímetros cúbicos  con potencias de 100 y 130cv y en gasolina por el 1.2 Puretech de 110cv. Asociado a estos motores únicamente podremos optar por cajas de cambios manuales y únicamente el motor de 130cv puede escogerse con un cambio automático EAT8.

La estética exterior del Rifter Long de nuestra unidad es atractiva y parecida a la de un Suv gracias al acabado GT Line que premia el lujo y la deportividad por llamarlo de alguna forma. Destacan los bajos en plástico negro con detalles en negro piano y plata, las llantas de 17” de estilo Aoraki, barras de techo en color plata y las lunas traseras ahumadas. Y visto el exterior, ¿vemos su interior?

El salpicadero del Rifter Long, es idéntico al que ya vimos en el de Rifter Standard (puedes ver la prueba escrita aquí y el vídeo aquí), combina detalles en color cobre con plásticos duros, que son de un buen anclaje. Algo que nos encanta ver, es que Peugeot ha sabido adaptar a este tipo de vehículos la filosofía que siga en todos sus turismo, la del I-Cockpit. ¿Qué significa esto? Pues que tenemos un volante pequeño y achatado por su parte superior e inferior, una instrumentación, en este caso analógica con una pantalla tft para divisar todo tipo de parámetros (velocidad en digital, consumos, ayudas a la conducción…), que se observa por encima de dicho volante y un sistema de infoentretenimiento en una posición muy alta y de tipo flotante, que ayuda a distraer lo menos posible la vista de la carretera. Dicha pantalla viene muy completa en este acabado GT Line (navegador, cámara de visión trasera, aplicaciones para Apple y Android…) y con una calidad de gráficos correcta.

El espacio en estas plazas delanteras es inmenso y separa el asiento del conductor y el acompañante, una consola central de gran tamaño donde dentro encontramos un hueco enorme para dejar abundantes objetos. También contamos con una doble guantera, huecos en el techo, puertas, detrás del sistema de infoentretenimiento, un hueco debajo del climatizador bizona con carga por inducción para el teléfono… Y es que este Rifter nada tiene que ver con la anterior generación del mítico Partner. En este acabado GT Line, nos encontramos con un vehículo muy equipado, con abundantes ayudas a la conducción, que convierten a este Rifter en una opción de compra realmente interesante. Sorprende ver en este segmento, un freno de mano eléctrico, control crucero (que podría ser también adaptativo), el aviso del cambio involuntario de carril con corrección de volante…

Los asientos de estas plazas delanteras destacan por ser cómodos, pero el handicap más claro, es la poca sujeción tanto para piernas como para espalda que ofrecen, y es que pensamos que en este acabado GT Line podrían haber incorporado unos asientos con un mayor agarre, diferenciándose de los demás acabados.

Para introducirnos en las plazas traseras, tendremos que abrir una puerta corredera de gran formato, que es una solución perfecta para poder abrir las puertas en cualquier lugar y tener un mejor acceso. Para cerrar esta puerta tendremos que emplear algo más de fuerza que en una puerta de apertura convencional, haciendo que a un niño por ejemplo le cueste cerrar la puerta. En el interior sorprende el buen espacio que hay tanto para piernas como para cabeza, y esto es gracias a la forma exterior del Rifter. Encontramos tres asientos individuales con anclajes isofix los tres que se pueden abatir y dejar un piso completamente plano. Si en la parte delantera encontramos un montón de huecos portaobjetos, en estas plazas no iba ser menos. Tenemos un hueco debajo de las alfombrillas, otro en las puertas, bolsillitos en el asiento del conductor y acompañante y unas mesitas para apoya una Tablet, móvil, ordenador con un posavasos y un pequeño hueco en la parte trasera de la consola central, en la cual nos incluye aireadores con regulación de intensidad. Por lo que tres personas adultas pueden viajar perfectamente en estas plazas. Como pegas que podemos sacar a esta segunda fila de asientos, es que carecemos de un apoyabrazos central y que el respaldo de los asientos no puede modificarse en varias posiciones.

Tanto en el Rifter Standard como en el Long, podremos optar por una tercera fila de asientos (dos en concreto). En el caso de este Long tienen un sobrecoste de 550 euros. Estos asientos se pueden retirar del vehículo cuando no se usen y en el caso del Long pueden regularse en distancia para ganar más espacio o en el maletero en dicha fila de asientos. La operación para introducirnos en ellas, es tan sencillo como abatir el asiento lateral de la segunda fila y meternos dentro. En esta última fila encontramos un buen espacio hasta para adultos, con una ventana de grandes dimensiones, que nada tiene que envidiar a un Suv, y es que podemos viajar aquí con todo tipo de comodidad gracias al gran espacio que existe. La única pega que podremos encontrar en estos asientos, es que están situados en una posición algo baja y la posición de las rodillas, no es la más natural.

El maletero del Rifter Long puede optarse en las versiones más bajas por un portón doble de apertura lateral y en los acabados más altos con un portón como el de nuestra unidad, de apertura vertical. Dicho portón es inmenso y tendremos que tener cuidado de no pegar mucho el Rifter con el coche o la pared que tengamos detrás para abrir este enorme portón. Peugeot para ello, ha inventado un sistema en el que solo podemos abrir la ventana trasera si queremos coger algún objeto sin tener que abrir todo el conjunto, un punto muy a favor del Rifter. El maletero del Rifter Long con 5 plazas, gana 250 litros más que el Standard, llegando a los nada más y nada menos que 850 litros, una capacidad olímpica. Con las siete plazas instaladas, la capacidad se queda en 300 litros, y abatiendo la segunda fila de asientos conseguimos unos 4000 litros, por lo que si estás pensando en camperizar un coche, el Rifter Long puede ser muy buena opción.

Puestos a los mandos del Rifter Long, notamos que es como si estuviéramos conduciendo un Suv, ya que tiene un puesto de conducción algo más elevado que un turismo, lo que permite tener una mejor visibilidad hacía delante. El motor de nuestra unidad es el más potente en diésel, el 1.5BlueHDI  de 130cv asociado en este caso al cambio automático de 8 velocidades EAT8. Este motor lo conocemos ya de sobra, ya que fue el que probamos en el Rifter Standard, y os aseguramos que funciona de maravilla y que es silencioso a pesar de ser diésel. Nos entrega 300Nm de par máximo a las 1750rpm y los 130cv a las 3750rpm. Este motor empuja bien al Rifter Long, cuyo peso de unos 1600kg (100kg más que el Rifter Standard). Los consumos tampoco están nada mal, y rodando mitad por carretera y otra mitad por ciudad, nos ha dado unos 6,4 litros, un consumo algo más elevado que el Standard, pero que no está nada mal para lo grande y pesado que es el coche. Su deposito es de 50 litros y nos podremos llegar a hacer unos 800km del tirón. Asociado a este motor probamos anteriormente la caja manual de 6 relaciones, que su funcionamiento era el correcto, pero la palanca tenía unos recorridos algo largos y un tacto algo tosco. En este caso tocaba probar el cambio automático de 8 relaciones de tipo convertidor de par, un cambio automático que sin duda es una delicia, gracias a su suavidad y efectividad. Es un caja que engrana las marchas con mucha suavidad y que si queremos jugar con el modo manual (con levas detrás del volante) su respuesta es ágil y rápida, a pesar de ser un convertidor de par. Si nos tuviéramos que quedar con la caja de cambios manual o automática, sin duda nos quedaríamos con la automática, ya que te facilita mucho la vida. Por cierto en octava a 120km/h rodaremos a 2.000rpm. Este motor diésel es el más recomendable de instalar, ya que el de 100cv puede quedarse algo corto, y el gasolina de 110cv más de lo mismo y únicamente puede escogerse con el acabado Active (el segundo más bajo de la gama).

El Rifter siempre es tracción delantera, pero por unos 500 euros podemos equipar el Grip Control, que se trata de una serie de modos de conducción para poder meter este Rifter por caminos sencillos fuera de asfalto y que la electrónica nos ayude a tener en todo momento una buena adherencia con el terreno deslizante. En este caso no lo tenemos instalado en nuestra unidad, pero es recomendable de montar, si realmente vamos a sacar a menudo el Rifter fuera de asfalto.

Respecto a aspectos técnicos del coche, hemos de decir que destaca por tener una suspensión perfecta, blandita que filtra genial los baches y en carretera se nota que es hipercomoda. La dirección es directa e informa de lo que esta pasando en la carretera, a la vez que el radio de giro es bueno, algo que se agradece maniobrando en ciudad y los frenos frenan correctamente y con efectividad a este Rifter Long. El puesto de conducción es muy agradable y con una buena visibilidad gracias a unas lunas de gran formato, aunque deberían mejorar el agarre lateral de los asientos delanteros (al menos en este acabado GT Line, el cual es el más alto y supuestamente el más deportivo).

En el apartado de las luces, el Rifter Long GT Line cuenta con luz diurna en Led y luz de carretera en halógeno. No existe ni en opción integrar para la luz de carretera ni Xenón ni Led, algo que se echa en falta. Las luces largas en esta versión son automáticas y la iluminación no está mal para contar con faros halógenos. Los precios para el Rifter Long parten de los 19460 euros con el acabado Access y el motor diésel de 100cv. Nuestro Rifter Long con acabado GT Line y el motor de 130cv con cambio automático EAT8 y los extras citados anteriormente tiene un precio de tarifa de unos 27.500 euros, un precio excelente para todo lo que nos ofrece este Rifter Long. En conclusión este Rifter Long es muy recomendable para familias numerosas, que necesiten un gran maletero y un coche para realizar largos viajes.